Miércoles de Vinos de Bodega Cortijo los Aguilares 7/04/2010


El primer miércoles de vinos tras la Semana Santa nos trajo a conocer una bodega de la D.O. Sierra de Málaga llamada Cortijo los Aguilares,  de la localidad de Ronda;  este que os habla nunca había probado vinos del sur de España, pero las referencias que Eva y Toño de Vinos Divinos me dieron no podían ser mejores. Esta bodega fundada en 1999 trabaja varios tipos de uvas , tempranillo, cabernet sauvignon, merlot, pinot noir, syrah y petit verdot, y según nos informó su enóloga, dichas viñas se encuentran en laderas a  900 metros de altitud.

El primer vino de la noche fue el Rosado 2008, desde que la copa llegó a mi nariz ya me percate de lo muy especial que este rosado era, su composición es 30% merlot, 30% tempranillo, 30% petit verdot y el resto pinot noir, y tal coupage, tan lejano de los habituales 100% tempranillo de estos lares le daban una personalidad que a todos nos sorprendió muy gratamente, vivo color fuego para un vino sin duda a repetir. Tras este agradable impacto a los sentidos, el siguiente vino fue el Vino Tinto 2008, un vino cuya base es un mezcla de tempranillo y merlot , y petit verdot en esta añada, aunque se anuncia que el 2009 llevara syrah; vino oscuro de capa media alta, muy frutal y sin paso por barrica, potentes aromas, y un paso por boca excelente desde el punto de vista de su acidez, un vino tremendamente agradable, estando sin duda ahí su punto fuerte; tras las migas andaluzas servidas en In Vino Veritas, le llegó el turno al Pago del Espino 2006, 16 meses en barrica crean un vino potente, suma de tempranillo, cabernet, merlot y petit verdot, y tanta concentración genera un vino que no ha perdido nada de su juventud frutal, y en el que tampoco en nariz se nota demasiado la madera, siendo un vino que también descoloca en este aspecto; capa alta, muy afrutado en nariz y mas que intenso en boca, fruta negra y madura, y como el joven, con una excelente acidez; quizás estas combinaciones nos dejaron a muchos fuera de juego, ya que nos parecía notar mas la madera en el joven (inexistente) que en este Pago del Espino (que lleva 16 meses de crianza), sensación que no solo yo tuve. Vino que merece ser probado en plenitud, y con tiempo.

Personalmente me gustan los vinos con mas carga, mas potentes, pero me parecieron muy bien trabajados, vinos para iniciarse sin duda en este mundo del vino.

R.


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