Excursión a la Rioja canto I


En el único día que este mortal tenía libre en este verano de 2010, cual Odiseo generé la furia de Poseidon, vete a saber la causa, y lo que debía ser un viaje tranquilo a Santander, buscando sol y playa, se convirtió en la predicción de un día nublado  y con mas que posible lluvia, así que tuve que improvisar, y como siempre Dionisos me enseño que entre mis viajes vinícolas aun no había estado en Haro, ni en la Rioja Alta, y con un par de llamadas y un GPS, organicé la ruta de viaje.

Madrugar no era lo primordial, ya que no iba solo, y la distancia a mi primer destino, Haro, es de apenas una hora; las carreteras estaban infectadas de turistas y marroquíes que volvían para Francia o mas lejos aún, así que me tuve que mover con mucha precaución; sobre las 12 llegue a mi primer destino, el Barrio de la Estación en Haro, dándome de bruces con la que era mi primera parada a reseñar, las Bodegas R. López de Heredia, más conocidas por su vino Viña Tondonia; no había reservado visita, ya que no sabía a que hora llegaría, pero la verdad me dió pena no poder verla por dentro, saque la foto de abajo aunque su tienda ya merece la pena. Dentro de la tienda pude probar una de las joyas de la bodega, el Viña Tondonia Reserva Blanco 1992, que pasa por ser quizás el mejor blanco que se hace en la D.O.C. Rioja; el vino muestra ya su fuerza nada mas caer al limpio cristal, color ambar procedente de su larga crianza de seis años; compuesto por viura y malvasia, es un vino poderoso, que recuerda mucho a los vinos Xerez del sur de España, mas robusto a mi modo de ver que el propio Viña Tondonia tinto , y me dejó un regusto muy agradable, aunque sea un vino difícil de valorar para este viajero tan acostumbrado a la uva verdejo; en la tienda me hice con dos Viña Tondonia y un Basconia, dejando para mejor ocasión el adquirir el Reserva Blanco, ya que los precios en bodega no son muy distintos a los de Burgos, aunque tengo entendido que si haces la visita, te descuentan ese coste de la compra del vino, lo cual es una gran idea, que se debería copiar en todas las bodegas.

Tras esta bodega, y pasando al lado de las Bodegas Muga, nos perdimos por las calles de Haro; como en cualquier localidad que se precie, lo primero que encuentras son los socabones y las señales de obra, viva la crisis! Aparque cerca del centro, y callejeamos por la parte antigua; pueblo lleno de vinotecas entre lo clásico, y lo kitsch alguna vez, y con afamados restaurantes como el Beethoven o el Terere,  junto a bares de toda la vida con sus pinchos en barra. He de mencionar una vinoteca en la calle Santo Tomas, subiendo a la iglesia, llamada Juan González; era como entrar en otro mundo, gran cantidad de vinos a todos los precios, vinos franceses y varios Riberas tambien, cualquier marca que recuerdes allí la tenias, incluso en un gran cubo negro se vendían en oferta Viña Tondonias Reserva 1985 por 12€; no sabremos nunca el estado de esas botellas, pero el que se las llevará con éxito,ole; y tras esto, viaje a Casalareina para comer.

R.

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