En estas comidas «frugales» navideñas, un vino de Rioja se coló en mi mesa, su nombre Conde de Valdemar RV 2003; es un vino procedente de Oyón, de las Bodegas Valdemar, y es un poco diferente a muchos otros Riojas que he probado; su composición es un 85% tempranillo y 15% mazuelo; religiosamente fue abierto con más de una de antelación para dejar que se abriese, y mereció la pena; su color engaña como pocos Riojas que haya visto, ya que mantiene un tono rojo picota nada anaranjado, nada atejado, como sí suele ser habitual en los reservas riojanos; su sabor ya era otra cosa, profundo y complejo, engañando a los sentidos que se esforzaban en intentar comprender ese vivo color con ese intenso sabor; una referencia más muy interesante en esta zona alavesa, ademas de ser un vino muy muy popular en estos lares castellanos.
R.